Son muchos los atractivos qué visitar en el País Vasco, tantos que algunos de ellos son poco conocidos entre los turistas. En este artículo os mostraremos varios puntos de la geografía vasca con un denominador común: lugares de alto interés y muy poco conocidos, para viajeros experimentados que no se conforman con las guías turísticas clásicas. El mundo rural vasco está lleno de tradiciones, pueblos cuidados, montes y valles recónditos por descubrir. ¡Descubre 5 lugares con encanto en el País Vasco!
Santuario de Santa María de Oro (Álava)
A unos 3 kilómetros de Murgia, al sur del monte Gorbea en la cumbre de un monte rocoso llamado Peñas de Oro, se encuentra el Santuario de la Virgen del Oro. Es un lugar privilegiado en el que pasar un buen rato disfrutando de sus impresionantes vistas.
Presenta un doble atractivo: el valor artístico e histórico de un importante lugar de culto del siglo XVI y el valor paisajístico de un privilegiado mirador a 850 metros de altura sobre el nivel del mar que permite observar el valle de Zuia por un lado y la Llanada Alavesa por otro.
El primer documento conocido en el que se tiene constancia de la existencia del santuario es del año 1138, habiendo estado ocupado dicho enclave desde el año 750 A.C. según los restos arqueológicos hallados. El santuario ha sufridos múltiples transformaciones a lo largo de los siglos desde que se levantara la primitiva iglesia románica entre finales del siglo XI y el siglo XII. Las bóvedas del templo, con sus terceletes y ligaduras, son del siglo XIV y XV, mientras que las falsas bóvedas de yeso de la sacristía del siglo XVIII.
Casa-torre de los Varona (Álava)
Villanañe es un pequeño, apacible y casi desconocido pueblo al sur de Álava. Allí se encuentra la torre‐palacio de los Varona, uno de los mayores conjuntos fortificados del País Vasco. Se trata de un palacio‐castillo levantado en el siglo XVI sobre una loma que domina la campiña.
La Torre de los Varona tuvo como objetivo vigilar los caminos que venían desde Castilla a la costa del cantábrico y de la Rioja al Valle del Ebro. Unos cruces de caminos que, aún hoy, se pueden divisar a la perfección desde lo alto de la torre. Y es que, ubicada estratégicamente en medio de una planicie dominando todo lo que la rodea, esta torre domina gran parte del valle en el que se ubica.
Debemos indicar que sobre estas tierras pasaba una calzada romana que unía Astorga y Burdeos con el mar Cantábrico pasando por Orduña, un hecho, que promovió la construcción de este tipo de edificaciones militares en la zona en la que nos encontramos. Eso sí, de todas ellas, la Torre de los Varona es la que mejor se conserva.
Ermita de la Antigua (Guipúzcoa)
Una carretera de dos kilómetros asciende desde Zumárraga entre colinas y prados bucólicos hasta la ermita de La Antigua, una de las iglesias más originales e impactantes del País Vasco. Basta acceder a su interior y mirar hacia el techo para saber el por qué. Un entramado perfecto de jabalcones, cerchas, ménsulas, zapatas y vigas componen su artesonado de madera. Un trabajo de carpintería tan perfecto que dicen que si le diéramos la vuelta a la iglesia y la echáramos al agua flotaría, como un barco.
La ermita de Santa María (La Antigua) de Zumárraga está considerada como la catedral de las ermitas vascas. Se cree que la iglesia se construyó sobre un antiguo fuerte defensivo del siglo XII. Los primeros indicios de la iglesia datan del año 1366 y fue parroquia de Zumarraga hasta 1576. Frente a un exterior austero, sorprende en su interior con una extraordinaria cubierta en artesonado de madera de roble, un complejo entramado de vigas, tirantes, antepechos y tornapuntas.
La senda del monte Jaizkibel (Guipúzcoa)
Una senda recorre el perfil más abrupto y quebrado del litoral guipuzcoano, el monte Jaizkibel. Se trata del mayor acantilado costero del Cantábrico, el cual separa Hondarribia y San Sebastián y desde cuyas alturas los pescadores vascos oteaban el Cantábrico en busca de ballenas.
Un paseo extraordinariamente solitario y natural, pese a discurrir por una zona densamente poblada e industrializada, que transita por laderas verdes de helechos y praderas herbáceas que se funden con al azul del Cantábrico.
Monasterio de Zenarruza (Vizcaya)
El peso de la historia invade al ánimo del visitante nada más entrar en los vetustos muros de Zenarruza, la única colegiata de Vizcaya. Una tradición como centro de peregrinación vizcaíno que se remonta al siglo X.
Declarado Monumento Nacional de Euskadi, el Monasterio de Zenarruza, antigua colegiata, se encuentra a los pies del monte Oiz (1.026 m), a pocos kilómetros de la localidad vizcaína de Bolibar. Considerado como uno de los tesoros del territorio, fue un importante enclave del Camino de Santiago por la Costa durante la Edad Media y, sobre todo, el Renacimiento.
Al Monasterio de Zenarruza se puede acceder por los restos de una calzada empedrada utilizada antaño por los peregrinos jacobeos. El conjunto de instalaciones monásticas comprende una iglesia del siglo XV de estilo gótico renacentista (donde destaca el retablo plateresco de su altar mayor), un precioso claustro de mediados del siglo XVI y distintas dependencias propias de la clausura.
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